- Alimentarse en un ambiente social positivo, con una conducta amable y respetuosa hacia el niño(a)
- Ser la familia un modelo de conducta de alimentación saludable
- No adicionar azúcar o sal a las preparaciones ofrecidas a los niños
- Al momento de la ingesta de líquidos, ofrecer agua (agua de cocción de frutas, hierbas) y no jugos azucarados artificiales o endulzados artificialmente.
- Desde el inicio de la alimentación complementaria, dejar que el niño(a) coma solo, aun cuando se ensucie.
- Introducir nuevos alimentos poco a poco, con suavidad y mucha paciencia para luego no retroceder. Siempre acompañar un alimento nuevo con otro conocido por el niño(a).
- No utilizar un “premio” por comer o un “castigo” por no comer. Puede aumentar su gusto por los alimentos de recompensa y disminuir el consumo de los alimentos diarios.
- Alimentar solo para saciar el hambre, no para calmar dolor o tristeza al niño(a).
- No ofrecer porciones y texturas que no estén acordes a la edad y desarrollo del niño.