El proceso de control de esfínteres es una etapa en donde debemos hacer sentir seguros y capaces a nuestros niños y niñas, evitando culparlos cuando no “lo logren”. Lo anterior, dado que los niños son sumamente sensibles a los comentarios que hacemos de ellos; por eso, debemos tomar conciencia de si los mensajes que les estamos transmitiendo facilitan su proceso de independencia haciéndolos sentir más seguros, confiados y capaces.
- ETIQUETAR o BURLARSE «Eres un cochino, se hace pipí en el baño».
- COMPARAR «Tu primo ya hace pipí en el baño, tú también deberías ser capaz de hacerlo”.
- AMENAZAR O CASTIGAR «Si te vuelves hacer pipí en el parque, no vamos a venir más”.
- IGNORAR (hablar delante de él, como si no estuviese presente) «Mi hijo todavía lleva pañal, le ha costado muchísimo, nada que ver con su hermano mayor, ¡ya me tiene harta!”.
- PRESTAR EXCESIVA ATENCIÓN en ciertas ocasiones el control de esfínteres se transforma en una “aventura familiar”, y sin quererlo abuelos, tíos, hermanos, además de los padres están muy atentos a si el niño hace o no en el baño. Recordemos que nuestros niños también necesitan privacidad y que probablemente sentirse tan observados y expuestos puede llenarlos de ansiedad o vergüenza, perjudicándolos en el proceso.